La princesa lo esperaba,
asomada a su ventana
En el horizonte su mirada,
tratando de divisar
lo que en sueños deseaba
pero no se atrevía a soñar.
Hasta que su barco atracó
en el puerto de aquel lugar.
Y ella lo encontró
antes de su regreso a altamar.
Bastó sólo una mirada
para que ella lograra olvidar
todos aquellos sueños
y hacerlos realidad.
Ahora navegan juntos
Princesa y capitán
Viviendo su amor eterno
Al cobijo del mar.
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