La mirada preguntaba
reflejándose en otra mirada,
perdida en pupilas de plata
que sin hablar le contestaban.
Yo te amo, y tú… ¿me amas?
Aunque sabía la respuesta
por la forma en que brillaba.
No alcanzaba esa respuesta,
la mirada aún dudaba
y volvía a interrogar…
¿Por qué me amas?
El amor no tiene causa, razón o circunstancias,
simplemente lo sientes, se adueña de tu alma y…
Perteneces para siempre a la persona que amas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario